Existen pocas actividades que generen sólo saldos positivos para quien las lleva a cabo, son pocas, pero existen, entre ellas, podemos mencionar al Yoga. Esta es una disciplina física, mental y espiritual, cuya práctica se ha ido transformando a lo largo del tiempo, sin perder jamás la esencia de la misma: unión.

Porque entendemos al Yoga como la unión, precisamente, aquella que hace referencia a la unión del ser humano en un todo, cuerpo, mente y alma, las tres aristas o caras de un mismo ser pueden volverse una, en una amorosa comunión en la que el practicante alcanza la unidad total consigo mismo, y con ello la unión con un ente superior al que algunos lo llaman dios y otros simplemente divinidad. En ese estado alcanzado por el alumno de Yoga, las posibilidades son infinitas, así como lo es la paz que habita en él y es en esto, precisamente, en lo que reside el primero de los innumerables beneficios del Yoga.

Esta disciplina es entendida como una de las más completas para el ser humano, porque aunque trabaja como primera medida el plano espiritual, dado que es este su fundamento y su razón de ser, lo cierto es que también aboga por la transformación en el plano mental y físico, encontrándose grandes beneficios del Yoga para ambos aspectos de la persona.

Si nos referimos al plano físico y los beneficios del Yoga al respecto, debemos decir que uno de los mayores elogios que ha tenido esta técnica, a lo largo de su historia y de la experiencia de miles de adeptos que la escogieron como actividad de cabecera, es el hecho de alcanzar el equilibrio físico, esto gracias a las distintas posturas que se realizan en la práctica, cada asana que se lleva a cabo tiene un fin específico y uno de ellos es el de alineación y equilibrio, para que el cuerpo pueda adoptar la forma y postura que debe tener.

Por otro lado, el Yoga basa parte de su práctica, dependiendo la técnica que se emplee, en la relajación física, para lo cual se realizan distintos ejercicios, además de las diferentes asanas, se trabaja con el control de la respiración, lo que se conoce como pranaiama, y esto permite llevar el aire a todas las zonas que el cuerpo necesite, aprendiendo a soltar las tensiones acumuladas y con ello, eliminar los dolores corporales típicos a causa de contracturas, de malas posturas o de lesiones específicas, de hecho, el Yoga se utiliza como método de rehabilitación física en algunas enfermedades o lesiones severas.

Pero claro que los beneficios del Yoga no son sólo físicos, sino que también se pueden hallar grandes cambios positivos en el plano mental y emocional, esto guarda relación con la disminución del estrés, lo que obedece a un motivo básico en el mundo del Yoga: la disciplina se encarga de relajar la mente, ¿esto quiere decir dejar de pensar? No, lo que implica esta afirmación es que el practicante podrá relajar su mente, poniendo la atención en la práctica específica de la técnica, ya sea en las posturas, en la respiración, en el canto o recitación de mantras si es que los hay, en definitiva, en todo lo que se proponga al llevar a cabo la actividad. Será esta atención depositada en la práctica misma, lo que repercutirá positivamente en el nivel de tensión mental y emocional del alumno.

Dado que esta disciplina apuesta a la unión del ser en un todo, lo netamente emocional y espiritual también gozará de los beneficios del Yoga, en tal caso, lo importancia será el poder de autoconocimiento, aprendiendo a entendernos a nosotros mismos, comprendiendo amorosamente que somos seres únicos y que en cada uno de nosotros habita un poder, una potencialidad dormida que está presente. Por ello se suele decir que Yoga es una actividad para ayudar a la autoestima y a fomentar una relación amorosa con el primer y principal ser humano al que debemos cuidar, amar y respetar: uno mismo.