En el amplio repertorio de posibilidades que ofrece el Yoga, existe una fuerte influencia de lo divino, entendido como el camino espiritual más profundo, el de la iluminación, el del conocimiento y básicamente, el de la liberación. La unión y entendimiento de dios como entidad suprema, creadora y presente en todas las cosas y en todos los seres, ha sido abordada desde distintas ramas del Yoga, sin embargo, si debemos hablar de una disciplina que representa la devoción, entonces, tenemos que hacer referencia a Bhakti.
Bhakti Yoga es y siempre ha sido, el Yoga de la devoción hacia dios. Se entiende como la técnica yoguica que postula y defiende el amor hacia lo divino. De hecho, aunque la palabra traducida del sánscrito se defina como compartir, dada su raíz bhaj, el término Bhakti se traduce como devoción.
Esta disciplina entra dentro de las conocidas como más tradicionales ramas del Yoga, junto con otras como Raya Yoga, Karma Yoga o Gnana Yoga. Sin embargo, Bhakti es considerada entre estas técnicas, como la más sencilla de abordar. Aunque también se dice que está en el grupo de tipos de Yoga que menos se practican.
Quien adhiera a la filosofía del Bhakti Yoga, debe saber que en esta técnica de defiende la acción de entrega, servicio, devoción y adoración hacia lo divino, para alcanzar la unión con dios. Es por este motivo que el practicante del Bhakti Yoga será siempre un devoto.
Para esta disciplina, el ser supremo se manifiesta en la vida del Bhakti yogui, y es por ello que este se intenta conectar o fundir completamente en este ser divino, mediante la devoción.
Otra línea de acción que debe analizarse en el Bhakti Yoga es la necesidad de amor y los resultados que ofrece la técnica en tal sentido. Dado que en el alma de todas las personas reside la necesidad de amar, la disciplina Bhakti se encarga de satisfacer este impulso a través del cultivo de amor a lo divino, desde una óptica saludable, ya que no se trata de fanatismo, sino de amor devocional hacia un dios.
Se conocen nueve métodos de práctica, nueve principios o simplemente, nueve etapas para el Bhakti Yoga, estos son: shravana, el término que hace referencia a la escucha de los nombres del ser divino, de sus virtudes. Este paso no debe ser dado en soledad, sino que el practicante debe oírlo de boca de un maestro yogui.
El segundo método de práctica es conocido como kirtana, e implica cantar en honor a dios, elogiándolo. El canto representa además, una de las tantas formas de meditación. Smarana, por su parte, nos indica el recuerdo del ser divino, evocarlo a través de la meditación. Pada sevana es el siguiente y nos habla de la veneración o inclinación ante los pies de dios.
El quinto de estos principios se llama arcana y son los rituales cotidianos, la adoración a dios a través de imágenes, tanto mentales como mediante iconos específicos.
Vandana es la postración ante dios o la imagen del ser divino. Dasya es el séptimo principio y establece el servicio a Dios, cumpliendo sus mandamientos y ayudando a los desamparados. Sakhya postula el amor y amistad al ser supremo, como un miembro de la familia. Finalmente, el noveno de estos métodos de práctica es atama-nivedana y es la entrega del alma a dios.
Estas son las nueves etapas que se transforman en el camino que todo practicante de Bhakti Yoga debe atravesar, porque el objetivo principal reside al final de ese camino y es nada más y nada menos, que unión con el ser divino.
Debemos entender que el Bhakti Yoga apuesta a cultivar el amor puro hacia dios, pero resulta accesible a cualquier tipo de persona, dado que se trata de una disciplina que no está ligada a ninguna religión especifica, y postula la posibilidad de establecer un vinculo con la divinidad de la forma que el practicante considere atractiva.