Es muy común que al momento de comenzar con una nueva actividad específica, nos preguntemos cuestiones básicas, como el grado de dificultad que tiene esa técnica, si seremos capaces o no de desarrollarla, si lograremos los objetivos que la misma propone y si, en efecto, nos será útil. En el caso del Yoga, todo esto se aplica casi en un 100 % en todos aquellos que deciden practicar la disciplina.
Y porque son muchas las dudas que surgen al respecto, siempre resulta útil conocer las cuestiones básicas, las cuales se pueden identificar claramente si sabemos cómo se realiza esa técnica y de qué manera se lleva a cabo, así entenderemos la dificultad que reviste la actividad, si podemos desarrollarla y si nos resultará placentera.
Al hablar específicamente del Yoga Nidra, tenemos que destacar que esta práctica ofrece otra clase de procedimiento. Como tal, esta resulta ser una técnica de meditación y relajación profunda, sin embargo, aunque conocemos otras disciplinas que también se centran en la meditación, el Nidra se aleja de lo tradicional o convencional que proponen los demás métodos, para brindar algo novedoso al respecto.
La originalidad que reside en el Yoga Nidra y en su realización, consiste en que ésta se debe practicar tumbado, en lo que se denomina en el mundo Yoga como la posición Shavasana, también conocida como la posición del muerto. Esta clase de postura es ya un clásico dentro de la disciplina y básicamente, ofrece un grado de relajación física superior, precisamente, lo que postula la técnica Nidra.
Sin embargo, también debemos decir que tiene su peligro el hecho de estar acostado sobre la espalda, es decir, boca arriba, dado que puede suceder que con esta posición la persona que práctica Yoga Nidra se quede dormida. Es preciso recordar que esta técnica tiene por objetivo llevar a quien la realiza al estado fronterizo entre la vigilia y el sueño, con lo cual, se necesita estar despierto, de lo contrario, se perdería el estado de conciencia que, en realidad, se necesita para llevar a cabo correctamente la práctica.
De todas maneras, la posición Shavasana, como decíamos antes, ofrece numerosas ventajas para la práctica de esta técnica. Porque permite alcanzar un grado de relajación física notable, beneficiando además, la flexibilidad en las articulaciones y músculos del cuerpo. Al tiempo que potencia la relajación mental.
La forma de correcta de colocarse en esta posición es hacerlo en el suelo, evitar la superficie de la cama, porque esto podría suponer mayor riesgo de quedarse dormido. Entonces, sobre una manta, alfombra o colchoneta, se deberá situar quien realice esta actividad. Es muy importante que no haya ningún tipo de incomodidad, por eso, se recomienda colocar algún almohadón en donde se apoyará la cabeza y también los talones.
Además, es fundamental utilizar ropa confortable y cálida, para no sufrir frio, dado que al practicar esta técnica se denota un descenso de la temperatura corporal, así como también de la presión sanguínea y las pulsaciones.
Otro punto importante a tener en cuenta para entender cómo se realiza el Yoga Nidra, es la posición de la espalda, la misma debe descansar sobre el suelo, en su totalidad. Los brazos y piernas deben estar separados, y las palmas de las manos siempre hacia arriba.
En cuanto al ambiente, para llevar a cabo la practica del Nidra, lo ideal será escoger una habitación que esté ventilada, con una temperatura agradable, sin corrientes de aire, en un entorno de silencio y con iluminación tenue.
Para los iniciados en esta práctica, es aconsejable que cuenten con la ayuda de un yogui especializado en la técnica. Luego sí será posible hacerlo con la guía de algún material externo, como una grabación, por ejemplo. Sin embargo, para comenzar, sería bueno atravesar por el proceso con la ayuda de un maestro.
Conocer los detalles elementales de la práctica del Yoga Nidra, será la manera correcta de decidir si es apropiada para uno y de estar preparados para enfrentar esta compleja, pero completa técnica.