Todas las técnicas de meditación profunda requieren de una serie de pasos, no se puede llegar a ese anhelado estado, sin haber atravesado por distintas etapas. Es a través del proceso mismo que se conseguirá la experiencia deseada. Cuando hablamos del Yoga, sabemos que existen diversas técnicas empleadas en esta disciplina, se trata de una cadena en la que cada eslabón está unido estrechamente.
Dentro de las distintas ramas que conviven en el Yoga, está la conocida técnica Nidra, su práctica puede llevar a quien la experimenta a un estado de meditación y relajación profundo, por ello, se debe atravesar por diferentes etapas, algunas más intensas que otras, pero todas necesarias para alcanzar el objetivo final.
Conocer las distintas etapas del Yoga Nidra resultará importante porque todas son muy necesarias, sin alguna de estas piezas la práctica estaría incompleta. Es preciso conocer entonces cada paso, antes de iniciarse en esta transformadora técnica.
El primer paso dentro del proceso que establece el Yoga Nidra es conocido como la etapa de preparación y relajación. Su objetivo quizás sea uno de los más claros, es la introducción a la práctica de esta disciplina. Básicamente, se prepara al cuerpo y a la mente para recibir cada indicación en pos de llegar a cada nueva etapa. Soltando las tensiones más superficiales, se llegará a un primer estado de relajación para estar más receptivo y disponible a lo que vendrá después.
Y después precisamente, será el momento de atravesar por Sankalpa, la segunda etapa. Esta consiste en la repetición mental de una afirmación al final y al principio de la práctica, la misma debe ser repetida tres veces. Esta resolución debe ser afirmativa, una frase corta y concisa que sintetice una orden positiva para el subconsciente. El objetivo del Sankalpa es dar una orden que cambie algún aspecto negativo en la personalidad, cuando se evoca una frase en estado de relajación, la mente subconsciente está más receptiva.
La siguiente y tercera etapa es la llamada Rotación de la consciencia, en ella, la mente viajará por todas y cada una de las partes del cuerpo. Sin embargo, no se detendrá específicamente en ningún sitio. El recorrido es propuesto por el yogui, quien irá nombrando las distintas partes del cuerpo, mientras quien practica la técnica repetirá en su mente el nombre de la zona en cuestión y la visualizará o sentirá. Al hacerlo, llevará energía hacia ese sector. Se apuesta a crear un circuito energético que atraviese por todo el cuerpo y el cerebro. Esto es lo que lleva a una relajación física y mental profunda. Así es como se llega al Pratyahara, retirar la consciencia de los sentidos.
La cuarta fase, lleva por nombre Consciencia respiratoria. Básicamente, consiste en el viaje de la mente a través de la respiración. En realidad, lo que se hace es la observación del movimiento respiratorio, sin embargo, se realiza desde una posición de espectador, se pueden observar así las distintas fases por las que atraviesa la respiración. Esto se logra a través de un conteo numérico, por ejemplo, de 11 a 1, siempre en forma decreciente. Quien se inicia en el Nidra, puede comenzar observando la respiración a través del abdomen, la influencia en el pecho o en las fosas nasales. Esta etapa propone la relajación profunda y la interiorización, lo que influye en el sentido de la percepción.
Luego se llega a la etapa de Sensaciones opuestas, en estas instancias, las funciones cerebrales relacionadas a los sentidos y a la motricidad están completamente relajadas. Es en esta etapa cuando se comienza a evocar el plano emocional del practicante. El trabajo consiste en vivenciar sensaciones opuestas, comenzando siempre por la que conlleva una carga negativa, tristeza-alegría, dolor-placer, por ejemplo. La etapa permite viajar a vivencias pasadas, pero lo importante es no identificarse con ello. Uno de los objetivos de esta fase es lograr el equilibrio emocional.
Después de las cinco etapas anteriores se logra estar listo para trabajar en el espacio de la consciencia, un nivel de espacio interior conocido en el Yoga Nidra como Chidakasha, es precisamente ese el nombre de la sexta etapa de esta práctica. La premisa de esta fase es colocarse en el lugar de consciencia testigo, es el paso previo que permite estar preparado para las visualizaciones. En Chidakasha conviven las tres dimensiones de la mente, por lo que será posible explorar los lugares más profundos de la misma.
Al llegar a la etapa de visualización, se estará en una fase clave. La misma consiste en dejar que afloren aquellas experiencias de la vida que están almacenadas en el subconsciente e inconsciente. Estas tendrán que poder pasar a la mente consciente, para resolverlas y poder así avanzar. Las imágenes poblarán la mente y es importante dejar que estas fluyan con total libertad, siempre manteniendo la consciencia testigo de la que antes hablábamos.
Luego se atravesará nuevamente por Chidakasha, en este caso, se volverá a observar el espacio interior de la consciencia, sin poner resistencia ante las imágenes y pensamientos que vayan surgiendo, siendo un mero observador de todo lo que confluye en ese espacio.
Sankalpa es la novena etapa, en ella se vuelve a repetir tres veces la resolución afirmativa del principio. Una frase corta, concisa y positiva. El practicante habrá alcanzado un estado de relajación tal, que incluso puede tener visualizaciones de él mismo concretando esa resolución.
La última etapa es la final o también llamada cierre. En este caso, se volverá lentamente a conectarse con las funciones vitales de respiración, con el cuerpo y con los sentidos.