Hatha Yoga

Si alguna vez has intentado introducirte en el universo del Yoga, probablemente hayas sucumbido ante esta rama, dado que es una de las más difundidas en todo el mundo, siendo occidente la región en la que más fuerza ha cobrado esta tendencia. Precisamente, hablamos del Hatha Yoga, conocida como la disciplina de las asanas o posturas, porque se basa en este concepto. Las posturas que se adopten a través de este tipo de Yoga servirán para alcanzar la meditación.

El origen de esta técnica es un tanto más complejo que el que se suele conocer de otros tipos de Yoga, dado que aunque fue su creador el maestro Shiva Mahadeva, también conocido como Mahdeva Nath, en realidad, se dice que el impulsor de Hatha Yoga fue Gorakshanath, cuyo nombre popular es Goraksha. De todas maneras, la historia de la disciplina debe ser entendida como una transformación a través del paso del tiempo y de la influencia de los distintos maestros, que sembraron su aporte a esta hoy tan popular rama del Yoga.

Aunque se suele traducir del idioma sánscrito el vocablo Hatha, lo cierto es que con el correr de los años, este término ha tenido diversas interpretaciones y por ello se han encontrado definiciones muy diferentes entre sí. Hay quienes postulan que Hatha significa fuerza o voluntad, también están aquellos que aseguran que al dividir la palabra en silabas “Ha” se traduciría como sol y “tha” como luna, lo que permitiría entender a este Yoga como el de las contradicciones o contrarios, pero al mismo tiempo, el del equilibrio. Sin embargo, cuando nos referimos a Hatha Yoga y su traducción debemos hablar de “Yoga forzado”, tan simple como eso.

Y quizás gracias a su definición podemos entender que esta técnica requerirá de un trabajo corporal intensivo, pero al mismo tiempo, liberador, descargador y fundamentalmente completo, trabajando no sólo lo puramente físico, sino además, lo mental y espiritual.

Clases de Hatha Yoga
Clases de Hatha Yoga

El objetivo que persigue este tipo de Yoga es la búsqueda de la armonía y equilibrio, básicamente, del cuerpo, pero también del sistema nervioso, lo que por supuesto, tendrá injerencia sobre el estado emocional de una persona. El Hatha Yoga apuesta a que, quienes practican esta técnica, puedan alcanzar el control de las funciones físicas. Esto se logra desarrollando una capacidad de percepción mucho más avanzada de lo que, precisamente, sucede con nuestro propio cuerpo, algo que resulta sumamente favorable para quienes atraviesan por dificultades de salud. Por ello se suele recomendar este tipo de Yoga como medida terapéutica y preventiva de enfermedades.

Si bien la técnica se considera exclusivamente de trabajo físico, una clase típica de Hatha Yoga mantendrá un ritmo suave y pausado, lo que permitirá que cualquier tipo de practicante pueda seguirla sin dificultad. En tal sentido, en una práctica común de este tipo de Yoga se podrán llevar a cabo las asanas o posturas tradicionales, siempre coordinadas con el adecuado ritmo de respiración profunda y fundamentalmente, consciente. La atención siempre estará fijada en el cuerpo y su lenguaje, porque es precisamente este, el objetivo que persigue Hatha Yoga: entender lo que el cuerpo nos pide o exige y necesita, para poder trabajar en el control del mismo y evitar el malestar. Además se trabajará con ejercicios de control en la respiración, lo que se conoce como pranaiama, se podrán recitar mantras, practicar la relajación y claro, llegar a la meditación.

Dado que el Hatha Yoga hace hincapié en la fuerza de voluntad, esta práctica requiere de un grado de compromiso por parte de quien la lleva a cabo, para poder de esta forma adquirir cierta disciplina, el conocimiento sobre el cuerpo y la mente y con ello, explotar todo su potencial.

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