En el mundo Yoga se conocen técnicas mas complejas y completas que otras, por supuesto, la variedad forma parte esencial de esta disciplina y las distintas ramas que la componen, ofrecen soluciones y resultados similares, pero no iguales. La principal diferencia en tal sentido, reside en el grado de influencia que la técnica en cuestión, puede alcanzar en el practicante.

En el grupo de disciplinas yoguicas más profundas y completas, se encuentra la técnica Laya, esta es conocida como el Yoga de la absorción, precisamente, la absorción de la mente en el corazón. Laya Yoga es entendida como la técnica de meditación que apuesta a la disolución de la mente que condiciona el actuar.

Muchas veces, esta disciplina es catalogada como una variante de Kundalini Yoga, sin embargo, esto resulta erróneo para los expertos en la materia, dado que Laya Yoga es considerada la madre de Kundalini, precisamente, esta última se desprende de la primera.

El sustento filosófico del Laya Yoga, define a este sistema como la ciencia que trabaja fuertemente en el conocimiento de los chakras etéricos. Son cinco los chakras que se trabajan en esta disciplina, estos están ubicados a lo largo de la columna vertebral, mientras que uno de ellos está entre las cejas. Estos centros están unidos o interconectados a través un canal que funciona en la columna. Precisamente, en la base de la columna, en lo que se conoce como chakra raíz se encuentra dormida la energía primordial, es decir Kundalini. Entendiendo este esquema es que a través de la práctica del Laya Yoga se persigue el objetivo de despertar la energía Kundalini, para que esta viaje por ese canal en la columna y atraviese cada centro o chakra, hasta alcanzar la cima del cráneo, la meta final.

Gracias a este proceso que busca alcanzar la técnica Laya, entendemos que el uso de la energía (Kundalini) es la base de la disciplina, y la práctica de este tipo de Yoga, está centrada en alcanzar el objetivo descrito: liberar la energía y con ello explotar todo el potencial mental y espiritual del practicante.

Esta resulta entonces, una de las disciplinas yoguicas más complejas, tanto que incluso se suele aconsejar que su práctica esté supervisada por un maestro yogui experimentado, de hecho, este tipo de Yoga no es para cualquiera, sino que sólo los alumnos de niveles intermedios a avanzados, podrán hacer un bueno uso de Laya Yoga, sin resultar dañados en el camino.

¿En qué consiste la práctica del Laya Yoga? Dado que esta técnica hace hincapié en el control de la energía y las fuerzas que circulan por el cuerpo, mente y espíritu de una persona, una de los ejercicios ineludibles resulta el de la observación y control de la respiración, lo que se conoce como pranaiama, este es uno de los aliados en la cruzada por aumentar la energía interna.

Por otro lado, en este tipo de Yoga, el sonido es parte fundamental del proceso, ya no se trata del sonido exterior, sino del propio sonido, aquel que proviene desde el interior del ser, la escucha de este, permitirá alcanzar un grado de meditación más profunda. Además, el practicante deberá recitar mantras, apelar a la oración, y adoptar diferentes posiciones, tanto de pie, como sentado o acostado, combinando todo ello con las técnicas de visualización y respiración adecuadas para impulsar la liberación de la energía.

El sistema de Laya Yoga es considerado como uno de los más importantes caminos espirituales, aquel que aboga por la unión con la consciencia suprema, con la divinidad, básicamente, con la potencialidad espiritual y mental y con ello la paz interior y la perfecta armonía con la energía del universo, precisamente, aquella de la provenimos y a la que indefectiblemente pertenecemos.