Los diferentes tipos de Yoga

En la actualidad, al momento de planificar qué tipo de actividad física emprenderemos, no sólo pensamos en los resultados estéticos que ello puede darnos, sino también, en los beneficios que puede generar a nuestra salud y a nuestra mente. Es de esta forma, como el Yoga ha ganado popularidad en los últimos años. Hoy es muy común que se impartan clases de esta disciplina en cualquier parte del mundo, y que estas clases sumen cada vez más adeptos.

Se dice que el Yoga es una disciplina milenaria, cuyo origen está emplazado en la India, sin embargo, se ha extendido a distintas regiones, siendo Asia la porción del mundo donde mayor popularidad tuvo esta técnica. Hoy su influencia ha calado profundamente en Occidente y desde hace algunos años su vigencia es absoluta.

Cuando hablamos de Yoga nos estamos refiriendo a una disciplina en la que se combina lo físico y lo mental, a través de técnicas específicas. Generalmente, quienes se inician en esta clase de actividad recurren a la guía de un instructor, al que en la jerga se lo denomina yogui.

Muchas veces, se ignora cuál es el objetivo de esta milenaria disciplina, y es quizás en su definición etimológica donde se pueden encontrar todas las respuestas. Yoga es la palabra española para definir a ioga que proviene del lenguaje sánscrito, su origen está dado por otro término, un verbo denominado iush, lo que se deduce como colocar el yugo, pasándolo al plano de la disciplina Yoga, significaría algo así como conectar, recordar, concentrarse, meditar.

De todo ello, podemos inferir que al hablar del Yoga, nos estamos refiriendo básicamente al acto de conectar ¿conectar con qué? Con el alma, con la mente y con el cuerpo, la integración, el ser en uno solo. Por tal motivo, esta disciplina aboga por la concentración en uno mismo, en todas las funciones fisiológicas, mentales y emocionales, se pueden alcanzar profundos estados de meditación en los que se trabaja diferentes aspectos de la personalidad, para aprender a dejar de lado aquello que nos hace mal, y asimilar lo que resulta positivo para nosotros mismos y para relacionarnos con los demás.

Todo esto es lo que permite pensar en el Yoga como una de las disciplinas más completas, dado que trabaja en el cuerpo, a través de la relajación y de distintos movimientos pensados para calmar las tensiones, al tiempo que se explora la mente, consciente e inconsciente, para resolver cuestiones que están pendientes y que quizás no permiten avanzar en el camino de la vida.

Para llegar a todos estos estados, es necesario seguir una serie de técnicas, las cuales no serán las mismas, dependiendo el tipo de Yoga que estemos practicando. Porque sobre esta disciplina, también debemos decir que con el paso del tiempo se ha ido diversificando, conformando distintos tipos o ramas de Yoga, hoy precisamente, conoceremos los principales.

El Yoga de los ocho pasos
El Yoga de los ocho pasos

El simple hecho de que exista más de una clase de Yoga, implica que no todos tenemos las mismas necesidades, preferencias u objetivos. La ramificación de esta disciplina se basa en este concepto. Mientras que algunas escuelas de Yoga concentran su atención en trabajar lo físico, están otras que profundizan en la espiritualidad. Hoy se conocen tres tipos de Yoga que son los fundamentales: Raja Yoga, Gñana Yoga y Karma Yoga.

Raja Yoga, es el denominado Yoga de los reyes, según su significado sánscrito. Esta tipo de Yoga también suele conocerse bajo el nombre de Ashtanga-Yoga, lo que se describe como el Yoga de los ocho miembros, esto está relacionado al hecho de que esta disciplina está dividida en ocho etapas.

Este Yoga es uno de los más practicados en todo el mundo, es una rama muy tradicional y todo aquel que conoce sobre el tema, sin dudas, sabe de la existencia de Raja Yoga. Como bien decíamos antes, está dividida en ocho etapas, la primera se conoce como la fase de las prohibiciones (iama), la segunda es la de los preceptos (niiama) y las otras seis están relacionadas a las posturas: Ásana, Pranaiama, Pratiajara, Dharana, Dhiana y Samadhi.

En el caso del Gñana, este tipo de Yoga nos habla del conocimiento. Ese conocimiento, según el hinduismo, hace referencia al conocimiento del alma, lo que se iguala a Dios. Un alma no material, sino espiritual. El budismo entiende al Gñana como la conciencia que está libre de razón. Este tipo de Yoga pone énfasis en el aspecto filosófico de la disciplina y su objetivo es gestar un camino hacia la liberación.

Por su parte, el Karma Yoga se basa en las escrituras sagradas del hinduismo, por ello, muchas veces este Yoga es definido como el de la acción, pero el de la acción dedicada a Dios. El objetivo de este tipo es desprenderse de lo que llamamos ego, para poder así, alcanzar el estado de alma pura. Dado que este es el Yoga de la acción, suele ser recomendado a aquellos que resultan activos físicamente.

Existen otras ramas de Yoga que hoy en día se practican, sin embargo, estas no entran dentro de las fundamentales y generalmente, se desprenden de las tres que hoy hemos conocido.

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