Los siete chakras

Entender que existe un mundo más allá del que vemos, es comenzar a abrir nuestra mente a otras posibilidades que nos propone el universo. En este caso, es preciso conocer y comprender que además de haber sido constituidos con capacidades y habilidades físicas y mentales, también fuimos concebidos como seres energéticos, en los que habita una fuerza superior aún dormida, pero posible de ser despertada cuando lo deseemos.

Estamos haciendo referencia a los chakras, aquellos denominados centros de energía que se encuentran situados en lo que se conoce como cuerpo etérico. Este concepto nació en la cultura hindú, de hecho, se encuentra en las escrituras sagradas de los Vedas. Desde allí, esta clase de término se ha expandido, habiendo sido incorporado como propio en otras culturas, por ejemplo, a través de la teosofía, es decir, la creencia esotérica moderna de origen occidental, que ha agregado a los seis chakras conocidos en el mundo hindú, uno nuevo, reconociendo de esta forma los siete chakras.

Los chakras se encargan tanto de absorber la energía, como de procesarla, sin embargo, antes de asimilarla, la ajustan a la frecuencia vibratoria particular de cada persona. Después vemos como esta energía es depositada en nuestro cuerpo físico.

Como decíamos antes, los siete chakras que son reconocidos en el mundo occidental, tienen una ubicación específica, una función en particular y cualidades que los hacen únicos y hoy queremos conocer un poco más acerca de ellos.

El primero de los centros de energía en el cuerpo etérico, lleva por nombre Muladhara Chakra. Este se encuentra entre el ano y los genitales, precisamente en la base de la espina dorsal. Es reconocido como el centro del desarrollo físico, el que chakra que nos conecta con el mundo material y el sentido práctico de las cosas. En este centro se encuentra depositado el mayor caudal de energía.

El segundo chakra es Suadhisthana, su ubicación se da por encima de los genitales. Este es conocido como el centro de la creatividad y de la atención. Es el encargado de proporcionar un sentido estético, artístico y musical, en el que además, la conexión con la naturaleza y la apreciación de ella, nos permite asimilar la belleza del mundo que nos rodea. El objetivo que persigue este chakra es el de la búsqueda del placer, también se encarga de centrarse en los sentimientos y emociones que nos dominan y que ofrecemos a los demás, principalmente, en la relación de pareja.

Ubicación de los siete chakras
Ubicación de los siete chakras

El tercero de los siete chakras es Manipura, este se halla por encima del ombligo. Permite que alcancemos cualidades tales como la generosidad o sensaciones de satisfacción y profunda paz interna. Este chakra está enfocado en la búsqueda del autocontrol. En este caso, se apuesta no sólo a dirigir la voluntad en relación al mundo, sino también, dentro del propio ser.

Anajata chakra es el cuarto centro y donde reside el verdadero ser, el espíritu, su ubicación es precisamente en el centro del pecho, a la altura del corazón. La virtud principal de Anajata es el amor puro e incondicional, sin apegos, ni condicionamientos, el amor universal hacia uno mismo y hacia los demás.

Vishuddha Chakra por su parte, es el quinto de estos centros energéticos. Está ubicado en el cuello, precisamente entre la nuez y la laringe. Se entiende como el chakra de la diplomacia, dado que es el que nos permite comunicarnos con los demás, colaborando en la formación de vínculos saludables con quienes nos rodean.

El sexto de los siete chakras es Agñá, este es el famoso tercer ojo, se encuentra en el centro de la frente. Su objetivo e importancia está dada porque se trata del chakra del perdón y la comprensión. Aquel que nos permite alejarnos de sentimientos tan dañinos como el odio y el rencor.

Finalmente, el séptimo chakra, está ubicado encima de la cabeza, en el centro de la misma, su nombre es Sajasrara. Este es el centro que integra a los seis chakras anteriores, regulándolos. Al mismo tiempo, es el encargado de buscar alcanzar la evolución de la consciencia humana. Este es entendido como el punto de partida para que el resto de las energías presentes en el cuerpo se manifiesten. En definitiva, es el chakra que propicia la unión sagrada con lo divino.

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