Cuando una persona se introduce en el mundo del Yoga, suelen aparecer muchos interrogantes, principalmente, porque se aprende un nuevo lenguaje y una nueva manera de comunicarse con el propio cuerpo y con el propio ser, es entonces, cuando de alguna manera, el practicante debe desaprender lo aprendido y comenzar a utilizar la respiración, por ejemplo, como fuente vital de energía, adoptar posturas que en un principio no le serán propias y que luego de un tiempo de práctica podrá realizarlas sin problema alguno.

Pero más allá de los cambios físicos, a través del Yoga, el alumno deberá aprender a conectarse con su interior, entender qué es lo habita dentro suyo y trabajar con eso para poder alcanzar la armonía interna, y luego con los demás. Reconocerse un ser único y en comunión con la divinidad es uno de los objetivos esenciales de esta disciplina, más allá de todas las variaciones que podamos encontrar al respecto.

Y entre todas las ramas que hoy se conocen de este sistema físico y espiritual, ha nacido desde hace algún tiempo, uno que se encuentra reconocido bajo el nombre Power Yoga. De su traducción en inglés Yoga de poder, o también llamado Yoga dinámico, este estilo representa una de las más exigentes disciplinas en cuanto a lo físico dentro del mundo Yoga.

La técnica Power suele ser considerada un estilo que se desprende del Hatha Yoga, pero muchas veces no es descrito como un método en si mismo, sino como una simple variación dentro de la disciplina Hatha. Por ello, se suele hacer referencia a Power Yoga como una forma más intensa de Hatha Yoga. También se habla del estilo como una interpretación occidental de lo que se conoce como Ashtanga Yoga, una de las más tradicionales y completas técnicas yoguicas.

El Power Yoga comenzó a cobrar notoriedad en la década de 1990, fue entonces cuando en Estados Unidos y Europa, sus lugares de nacimiento, la práctica de la técnica ganó importancia y su difusión fue notable. Hoy ya nadie duda de la eficacia del Power Yoga.

Debemos decir que este estilo de Yoga es puramente occidental, nació en Estados Unidos, aunque también se atribuye su origen a maestros de Europa. Uno de los más reconocidos impulsores de esta tendencia yoguica es Baron Baptiste, quien utilizó sus conocimientos en ramas tradicionales del Yoga, como Ashtanga, Hatha y Iyengar para darle vida a este contemporáneo sistema.

¿Qué es lo que propone el Power Yoga? Dado que se entiende a esta disciplina como una variación occidental de Ashtanga Yoga, podemos decir que los factores rapidez y dinamismo, son los que definen a la práctica de esta técnica. La exigencia física en este tipo de Yoga es notable, porque se pasará de una postura o asana a la otra sin interrupciones, de manera fluida. En esta práctica hay un gran trabajo cardiovascular, pero además, para llevarla a cabo, será necesario el uso de la capacidad de resistencia, de la fuerza y de la flexibilidad, para desarrollar cada una de las posturas propuestas. Por supuesto que cada asana requiere de una concentración específica y al mismo tiempo, de un control adecuado de la respiración (pranaiama).

Hay quienes suelen ver a esta disciplina, como meramente física, sin embargo, el trabajo con la mente es notable, de hecho, cada cambio de postura y cada asana en si misma, requiere de un gran poder de concentración. Pero además, el Power Yoga implica tener en cuenta las limitaciones propias de cada uno, la paciencia y el amor para entender que el cuerpo es el vehículo de nuestra alma y nuestro paso por esta vida, en ese cuerpo, debe ser amoroso.

Podríamos decir entonces que Power Yoga es también alcanzar el poder de autoconocimiento, para entender el funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestra mente y para unir cada aspecto de nuestra persona, una unión que nos llenará de armonía y potenciará nuestro espíritu.