Considerada como una más dentro de las terapias alternativas que forman parte de la medicina no tradicional, la aromaterapia es reconocida como una pseudociencia terapéutica. Esta tuvo un gran auge y popularidad en distintas culturas con el paso de los años, habiendo sido utilizada por la cultura egipcia, romana, hindú, desde siempre por la cultura China e incluso, en épocas precolombinas, se empleaba en suelos americanos.

Si tenemos en cuenta el notable uso que siempre se le ha dado a este tipo de terapia alternativa y lo valorada que desde hace tiempo ha sido y aún hoy es, la aromaterapia se constituye así como una de las más exitosas de su clase y por ello, vale la pena conocer qué es lo que propone y cómo se lleva a la práctica.

Debemos destacar, antes que nada, que la aromaterapia suele ser concebida como un tipo de pseudociencia que apela al uso de elementos naturales, para la cura de determinados males. La naturaleza y toda su riqueza son anteriores al hombre, cuando este se incorpora en ella, es gracias a las numerosas fuentes de energía que esta le brinda, que el ser humano puede seguir viviendo y desarrollándose. Por ello, no es casual que exista un tipo de terapia que valorice las virtudes de la naturaleza y haga uso de sus maravillas para provecho de la humanidad, en este caso, valiéndose del aroma de ciertas plantas, como método de sanación ¿acaso esto es posible?

Cuando hablamos de aromaterapia, hacemos referencia a un término que implica, muchas veces, el reconocimiento como tratamiento de curación a través de un dulce aroma, precisamente esa, es la base de la terapia que hoy nos ocupa.

Es válido decir que la aromaterapia no ha sido diseñada para remplazar el tratamiento médico tradicional, sino que es entendida, como un complemento de este, e incluso, como un alivio en determinadas circunstancias.

Esta clase de disciplina terapéutica se encarga de aprovechar las propiedades que poseen los aceites esenciales, aquellos que han sido extraídos de plantas aromáticas naturales. La clave en este caso, está en el aroma, es este factor el que se utiliza para restablecer el equilibrio y también inundar de armonía el cuerpo y la mente, no sólo en pos de la salud física y emocional, sino también, como forma de apostar a la belleza natural que en cada uno de nosotros habita.

Podríamos afirmar que la clave en este caso, siempre han sido los aceites esenciales, estos pueden utilizarse de distintas maneras en la aromaterapia, uno de ellos consiste en la inhalación directa de los aromas y el otro en el uso tópico de estos. En el primero de los casos, lo que se debe hacer es crear determinadas atmósferas aromáticas, utilizando las esencias específicas de acuerdo a la afección que se tenga. En el segundo caso, se procede a un uso tópico, que no sólo puede quedar limitado a los masajes en las zonas doloridas o tensas, sino que también se puede optar por tomar baños o aplicar compresas.

¿Cuáles son los beneficios que ofrece esta clase de terapia?

La aromaterapia es conocida por sus efectos positivos para el estado de salud general de las personas, de esta forma, podemos decir que esta clase de práctica ofrecerá efectos, en principio, relajantes, luego estimulantes. Los aceites esenciales también se encargaran de aliviar desequilibrios del sistema nervioso tales como la ansiedad, insomnio o depresión; estos también ayudarán a equilibrar el sistema de defensas del organismo, apelando a la mejora en lo que respecta a afecciones recurrentes como las enfermedades respiratorias, resfriados, amigdalitis, entre otras.

La aromaterapia se constituye, de este modo, como una interesante alternativa a los tratamientos más convencionales, no como remplazo de estos, sino como un complemento, como el factor coadyuvante que puede llegar a mejorar notablemente la calidad de vida de una persona.