Yoga Iyengar

Precisión, perfeccionamiento, balanceo, equilibrio, permanencia y concentración, podrían ser virtudes o características de cualquier tipo de disciplina del mundo Yoga, sin embargo, estás ocupan un rol protagónico en la técnica Iyengar, una de las ramas más populares entre las disciplinas yoguicas.

El Yoga Iyengar proviene de su impulsor, el maestro B.K.S. Iyengar, un yogui que todavía hoy en día continúa enseñando y difundiendo esta técnica en Pune, región de la India. De todas maneras, el nombre Iyengar, para describir a la disciplina, ha sido acuñado por los propios alumnos de este maestro, dado que en realidad, el propio Iyengar asegura que él se encarga de enseñar simplemente Yoga, basándose en los conocidos yoga sutras de Patañjali.

Este tipo de disciplina se suele definir como el Yoga de la perfección, esta cualidad, reside simplemente en el hecho de que la atención está depositada en la perfección de las asanas o posturas, para lograr un equilibrio completo.

Pese a que se suele decir que este es un tipo de Yoga más suave que otros, lo cierto es que en la práctica la intensidad existe y está, precisamente, depositada en la atención que se debe poner en las posturas, en el control de la respiración y en el trabajo con los sentidos, es decir, asanas, pranaiama y pratyahara.

Aunque estos serían los pasos fundamentales a seguir, basados siempre en las etapas que describe Patañjali, también se atravesará por las conocidas yama y niyama, las cuales no son más que la observación de los preceptos morales y las disciplinas éticas. Será la continuidad de estos cinco pasos, lo que llevará a quienes practican la técnica, a los estadios dharana, lo que implica concentración; dhyana, el paso de la meditación y finalmente, Samadhi. Este es el objetivo a alcanzar por todos los que suscriben a la práctica del Yoga, porque con él se llegará a la absorción total y la unidad con lo divino.

Y todo este circuito por el que atraviesa el alumno de Iyengar Yoga, lo llevará a vivenciar la práctica de los ocho pasos que postulan los yoga sutras de Patañjali, convirtiendo a la disciplina Iyengar en una de las más completas e intensas dentro de las distintas ramas del Yoga.

Iyengar Yoga
Iyengar Yoga

De todas formas, en Iyengar Yoga el énfasis está puesto en las posturas y la respiración, es decir, en asanas y pranaiama. Durante la práctica el alumno notará que las posturas se mantienen por un tiempo considerablemente largo, y todas siguiendo un orden específico. Por lo que entendemos el carácter perfecto que esta técnica postula.

Por otro lado, para alcanzar esta permanencia y perfección en las asanas, el Yoga Iyengar se vale de distintos recursos, siendo los soportes, sus mejores aliados. Los que pueden usarse comúnmente son: cuerdas, mantas, cojines, cinturones, bloques de madera o sillas. Estos facilitarán el acceso a las posturas, dado que le dan precisamente soporte al practicante, para que pueda desarrollar las asanas sin complicaciones, enfocándose además en la respiración y la observación de lo que el cuerpo siente y hace, sin tener que llevar la atención al hecho de entender cómo realizar determinada postura.

Vale destacar, que el Yoga Iyengar es considerada una técnica terapéutica a la que muchas personas recurren en busca de un alivio a diferentes males y enfermedades, como pueden ser trastornos del sueño, hipertensión, trastornos de ansiedad, dolores de espalda severos, malas posturas, entre otras.

La perfección en cuanto a los movimientos y la utilización del control de la respiración en cada uno de ellos, será lo que ayudará a alcanzar el grado de concentración y meditación necesarias para relajar el cuerpo y la mente. Y todo ello es lo que influye para poder dar con el objetivo final de la práctica de esta disciplina: equilibrio.

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