Para muchos el Yoga no es más que una disciplina en la que se emplean posturas estáticas y se apela a la concentración. Esta apreciación está realmente muy lejos de la real dimensión que posee la técnica yoguica, dado que la disciplina tiene numerosas ramificaciones en las que es posible encontrar todo tipo de movimientos y ejercicios mucho más dinámicos. Este punto suele ser tenido en cuenta al momento de evaluar las posibilidades de poder crear una clase de Yoga para niños ¿es posible que un pequeño pueda introducirse en este maravilloso mundo?
Hace algunos años, esta pregunta podría haber tenido respuestas negativas, dado que la creencia hacía pensar en el mundo del Yoga, como aquel exclusivo para adultos y principalmente, para personas serenas, una cualidad que muchas veces no se observa en un infante. Sin embargo, las técnicas yoguicas han avanzado tanto y se han transformado de tantas formas, que hoy es posible pensar en niños practicando Yoga.
El Yoga para niños debe ser entendido como una disciplina que se adapta, no sólo a la edad del pequeño en cuestión, sino también, a su personalidad y nivel de energía, ya que hay infantes que pueden presentar una hiperactividad mayor que otros, y por ello, es necesario pensar en una clase específica en la que el ritmo de trabajo propuesto sea acorde al ritmo que lleva el niño.
En el Yoga infantil se observan métodos que apuestan a la motivación de los practicantes, esto implica un gran trabajo para el maestro yogui, quien debe proponer de manera dinámica y entretenida las diversas posturas que sus alumnos desarrollaran. Pensar el Yoga para niños en términos lúdicos es una correcta opción, dado que muchas veces, la propuesta para los infantes es vivir una clase de Yoga, como un momento de entretención, juego y básicamente, de relajación, uno de los objetivos de esta clase de disciplina.
El inicio de una clase de Yoga para niños debe estar determinado por el ritmo de la respiración. Será fundamental que los alumnos aprendan cómo respirar correctamente, para alcanzar en principio, un grado de distensión y relajación física y luego, la desinhibición y liberación del estrés mental y emocional. Porque aunque los adultos crean que los niños no padecen de estrés, lo cierto es que diversos estudios han demostrado que la tensión en los pequeños se suele manifestar como cansancio, desmotivación, sobrexcitación o simplemente desorientación. Estas precisamente, son algunas de las señales que un infante da cuando en realidad, está atravesando por una situación estresante.
Es por este motivo que el Yoga puede representar una vía de expresión y de relajación, para poder lograr un mayor grado de concentración en las tareas de todos los días, como por ejemplo, los estudios, para aquellos que vayan a la escuela. Por otro lado, con la práctica de Yoga para niños, se elevará el potencial creativo de un pequeño, desarrollándose de esta forma, la imaginación y la memoria.
A nivel físico, el Yoga infantil ofrece beneficios para la flexibilidad, dado que las posturas ayudan a potenciar la ligereza en los movimientos y en las articulaciones. También se verá beneficiada la postura e incluso, se aliviarán las tensiones que suelen acumularse en la columna vertebral.
Los diferentes movimientos que son realizados en una clase de Yoga para niños, en conjunción con un correcto ritmo de la respiración, colaboran en la misión de estimular la circulación sanguínea.
Por supuesto que un niño debe ser entendido como un ser social, en contacto prácticamente constante con otros de su misma edad. En ese caso, lo positivo del Yoga infantil, es la capacidad de potenciar la autoestima y el autoconocimiento de un pequeño, ayudándolo de esta forma, a relacionarse mejor con los demás y permitiéndole formar vínculos más sanos con todo su entorno.
Sin dudas, el Yoga para niños se presenta como una alternativa sumamente provechosa para tener en cuenta. Si a todo lo expuesto sumamos el hecho de que la práctica de la disciplina servirá para sentar las bases en lo que al fortalecimiento de la personalidad respecta, pensar en el Yoga infantil, será pensar en el futuro de nuestros hijos.